Puro marketing de guerrilla en las ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro, utilizando a los ciclistas nocturnos para que a través de luces especiales instaladas en las ruedas, promocionaran la película.
Y ni hablar de las repercusiones positivas en términos de seguridad para que los vehículos puedan ver con claridad cuando hay alguno de ellos presente.
Simplemente genial